Nos acercábamos, paso a paso, elección tras elección, a la institucionalización de un modelo de elecciones que mejoraba la cantidad y la calidad de las evidencia utilizada en el desarrollo de planes de gobierno, en el debate público electoral y en la información con la que contaba el electorado.

Desde las elecciones del 2006, el CIES, ha ejecutado un proyecto que convoca a investigadores peruanos en el desarrollo de propuestas de política orientadas a informar el desarrollo de los planes de gobierno de los candidatos y partidos - a nivel nacional y regional. 

El proyecto ha tenido varias iteraciones y se ha replicado en muchos países de Latinoamérica, notablemente por CIPPEC en Argentina. En el Perú, el CIUP e IEP han organizado sus propias versiones de este proyecto, también.

En On Think Tanks elaboramos un compendio de estas y otras iniciativas y hemos identificado algunas buenas prácticas a seguir: Por qué y cómo apoyar elecciones (en inglés) y Plataformas Electorales: Fortaleciendo las capacidades para incidir en el ciclo electoral que tiene una buena lista de prácticas, herramientas y videos en castellano.

En conjunto, estos esfuerzos han contribuido a informar el debate electoral y su resultado. 

Para que estos esfuerzos funcionen, sin embargo, se necesita algo de tiempo. No porque los investigadores necesiten mucho tiempo sino que, las características propias del sistema político peruano, hacen que el proceso de acercamiento entre políticos e investigadores time tiempo - limitado principalmente por la falta de confianza que existe entre ellos. 

Un calendario apurado no contribuye en este sentido. No da tiempo para que los partidos y los políticos afinen sus planes de gobierno haciendo un uso adecuado de la mejor evidencia disponible. No da tiempo para que se formen espacios de encuentro entre políticos e investigadores. No da tiempo para que los medios, incluso, lleguen a informarse o informar sobre las ideas y propuestas que emergen de espacios de especialización. 

Un calendario apurado podría significar un retroceso en un proceso que, después de más de una década, empieza a echar raíces.